Qué pasa cuando miras a su rostro y sabes que es jóven, que su vida está perdida y lo que hagas por él talvez jamás sirva para que vuelva a ver la luz.
No sé su nombre, sólo le dije amigo, despertó de su no tan confortable sueño y su preocupación era no soltar la cadena que lo unía a su fiel amigo, un perro de raza, muy lindo, que dormía junto a él.
Me contó parte de su historia, la más reciente, lo habían echado de su "casa", una vereda, unas cuadras más allá de Moneda, y por esa razón él se encontraba ahí junto a otros 3 perros más, en otra vereda a orillas de un edificio particular colindante con una casa Jesuita.
Le dejé un pan con jamón queso y un jugo, lo más probable es que lo reparta entre sus amigos, los perros.
Hoy ya no estaba allí...